jueves, 12 de febrero de 2009
¿Dónde estás financiación?
Mi hermano Alex quiere un crédito. Tiene 36 años y desde los 18 es empresario. No ha cambiado nunca de banco. Mantiene varios negocios y ahora la ilusión le impulsa a empezar uno nuevo. Perfecto perfil para la propaganda gubernamental pero el anuncio chocó con la realidad: le han denegado la financiación. Está claro que los grandes titulares y los compromisos entre corbatas sólo son palabras bonitas, las consignas internas en los bancos son otras: el grifo no se abre. El problema ahora es la falta de confianza, y ésta sólo se puede recobrar con la proximidad, con el trato directo, con el "hola paco", y no en la distante relación con un departamento de riesgos de una entidad financiera que a través de cuatro documentos y un análisis frío del historial de una solicitud evalúan la viabilidad de un proyecto. Ya no hay papeles que valgan, la realidad se ha ido al carajo, ya no hay cuenta de resultados que aguante... ¿no nos oyen señores del banco? Descentralicen la gestión del riesgo de sus bancos y permitan que sus peones de las sucursales puedan conceder créditos a sus clientes al amparo no sólo de papeles e historiales si no por la confianza que le pueda transmitir esa persona que conoce seguramente desde hace mucho tiempo. Olvidémonos de la globalización y de analistas con másters del universo, volvamos a la microeconomía, a la proximidad, al barrio y desde ahí forjemos de nuevo los cimientos de la confianza para volver a reconstruir la macroeconomía. Mi hermano está dispuesto, y ahora, les toca a ustedes, señores de los dineros. Crean más en el pueblo y menos en gurus como Madoff.
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